
Con la mano derecha movió el pedal y luego al intentar con la izquierda parecía que trataba de mover un camión de una tonelada. Ante esa escena, tuve que apartarme de él porque no quería que me viera llorar. Entonces, vino a mi este pensamiento: "Eso también lo hace Dios y creemos que tiene que ser así, como dirían los americanos "for granted".
Todo lo que podemos hacer: ver, oir, oler, caminar (aunque sea con dolores), hablar, comer, respirar..., todo es un regalo de Dios que deberíamos apreciar más.
A veces preguntamos por qué Dios permite esto o aquello. Pienso que si Dios no permitiera estas cosas seguiríamos viviendo ignorantes a sus maravillas, a sus bendiciones y creciendo hacia la insensibilidad. Todo tiene un propósito bajo la paleta de colores de Dios.
Cuando nos quejamos de lo que nos sucede, indirectamente, nos estamos quejando de las decisiones del Creador y luego, cuando vemos el resultado final y vemos que es bueno, decimos como digo yo hoy: Gracias por aquel accidente porque hoy soy una mujer nueva y transformada; por la gracia y la misericordia de Dios.
Gracias, Señor, por tu misericordia.
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