sábado, 26 de noviembre de 2011

Limpieza...

Aunque sigo buscando y ordenando mi casa, ahora llega la inquietud de ordenar mi alma.

Estuve leyendo el libro de Nancy Leigh DeMoss, "Quebrantamiento". Ella explica claramente lo que Jesús quiere de nosotros si nosotros queremos parecernos a Él. Jesús no se goza con nuestro sufrimiento, no nos equivoquemos, pero El sabe que después del quebranto nos renovaremos y tendremos nuevas fuerzas, dice la palabra en Isaías 40:31 "...pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán."

Meditando en todo esto y en cómo dar gracias este año, el Señor me llevó al perdón. "Dame las gracias quebrantándote ante tus más queridos, pídeles perdón por las cosas que los han lastimado, tu sabes cuales son". Ufff...dificil encomienda. Me sentí como cuando en la película de Beetlejuice él abre su chaqueta para asustar a los protagonistas y muestra lo que tiene dentro (mucha porquería desagradable). Asi me sentía, como si abriera mi pecho y mostrara mis faltas pasadas. Pero era preciso que limpiara lo que quedaba del pasado. Hacer esto me haría sentir humillada ante mis seres queridos.

¿Por qué Dios me pide esto? Porque me ama tanto que quiere limpiar el "tisne" que queda en mi corazón, aunque pertenezca al pasado. Quiere que me renueve para llevarme al próximo nivel, "al otro lado" como le dijo a sus apóstoles.

Todos tenemos un baúl lleno de recuerdos desagradables que no quisiéramos que nadie abriera. Todos también tenemos el amor de Jesús que fue a la cruz conociendo el baúl que todos tenemos. El se humilló por nosotros, y él era DIOS. ¿Por qué, entonces, no puedo hacerlo yo en obediencia a Él?

Tu también puedes conocer y caminar con Jesús, solo tienes que "meterte con Él", no temas, no te arrepentirás...

Bendito sea el nombre de Jesús.
continúa...

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Otra forma de dar gracias

Hace una semana el Señor me mostró que necesitaba hacer "limpieza", tanto físicamente (en mi casa) como en mi alma (emocionalmente).  En casa, debía hacer un repaso, cuarto por cuarto, de los artículos a los cuales "yo rendía culto" (dioses), antes de mi conversión.

El artículo no tiene ningún poder sobre nosotros, entonces, ¿por qué debo salir de él?  Por lo que representó en mi vida. Por ejemplo, vamos a decir que a mi me gustaban mucho todos los artículos que representaban ciertos astros (el sol y la luna), me gustaban tanto que llegué a creer que ellos influían de alguna manera "en el universo" a favor mío. Hoy sé que esto es solo un objeto que perecerá como todo en el uiverso y que ningún poder tiene sobre mí, solo Dios gobierna mi vida.

Dios es celoso y no quiere que nadie le quite su lugar de primacía en nuestro corazón. Así que comencé por el lugar "más contaminado", mi cuarto. Voté prendas, figuras, etc., fue como soltar una gran carga que pesaba sobre mi hogar.

Cuando Dios enviaba, por ejemplo, a Josué a conquistar tierras paganas, ordenaba que se destruyera todo, porque era terreno habitado por servidores del maligno.  Todo lo que no es de Dios es del maligno, del engañador. No hay términos medios. Si no estoy con Dios, estoy contra él.

Alguna vez te has preguntado de qué lado estás.  ¿Conoces los ídolos a los que le sirves hoy? Todo lo que te aleja de la comunión con Dios y de darle el primer lugar a Dios, es un ídolo.

continuará...
Imagen de: paseata.com

domingo, 20 de noviembre de 2011

Nada es "for granted"

Cuando mi hijo tuvo el accidente en su motora, dentro de su recuperación (milagrosa) tuvo que tomar terapias porque su lado izquierdo "no estaba funcionando". Tuvo que volver a aprender a caminar y a usar su brazo y mano izquierdos.

Ese primer día en terapia, le dieron un ejercicio aparentemente simple. Le pusieron unos pedales sobre la mesa (como los de una bicicleta). Tenía que moverlos con las manos.

Con la mano derecha movió el pedal y luego al intentar con la izquierda parecía que trataba de mover un camión de una tonelada. Ante esa escena, tuve que apartarme de él porque no quería que me viera llorar. Entonces, vino a mi este pensamiento: "Eso también lo hace Dios y creemos que tiene que ser así, como dirían los americanos "for granted".

Todo lo que podemos hacer: ver, oir, oler, caminar (aunque sea con dolores), hablar, comer, respirar..., todo es un regalo de Dios que deberíamos apreciar más.

A veces preguntamos por qué Dios permite esto o aquello. Pienso que si Dios no permitiera estas cosas seguiríamos viviendo ignorantes a sus maravillas, a sus bendiciones y creciendo hacia la insensibilidad. Todo tiene un propósito bajo la paleta de colores de Dios.

Cuando nos quejamos de lo que nos sucede, indirectamente, nos estamos quejando de las decisiones del Creador y luego, cuando vemos el resultado final y vemos que es bueno, decimos como digo yo hoy: Gracias por aquel accidente porque hoy soy una mujer nueva y transformada;  por la gracia y la misericordia de Dios.

Gracias, Señor, por tu misericordia.


sábado, 12 de noviembre de 2011

Dar gracias por todo


"Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús." 1 Tesalonicenses 5:18