martes, 18 de diciembre de 2012

"Ojo por ojo...

...y el mundo se quedará ciego" Mahatma Gandi

 46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tenéis? ¿No hacen también lo mismo los recaudadores de impuestos? Mateo 5:46

Cuando estudiaba a nivel universitario, en una ocasión me robaron un libro. Tenía coraje y lo compartí con otros estudiantes hablándoles de lo furiosa que estaba. Nunca olvido que uno de los estudiantes me dijo: "róbate otro pa'lante". Yo no podía creer lo que me estaba sugiriendo.  No sé si me hizo enojar más que lo anterior. Le dije: "Pero cómo voy a hacer lo mismo que me está molestando tanto. Si lo hago sería igual que ellos"

Hace unos días ha ocurrido un terrible, lamentable y triste evento en Conneticut, donde un joven ha entrado a una escuela elemental y le ha quitado la vida a 20 niñitos y 7 adultos. Cuando yo leo sobre estas tragedias, se me hace muy difícil porque me pongo en el lugar de todos los involucrados y trato de recrear los sentimientos de cada uno en ese momento. Eso me trae mucho dolor: como madre, como hermana, como hija, como esposa, como niña. Trato de ponerme en todos los roles para entender el dolor de quienes están viviendo esa historia de su vida.  Cuando uno decide amar sabe que dolerá.

Observando las distintas reacciones de la gente a éste o cualquier otro evento similar (opiniones en el periódico  en el trabajo, en la calle, en las redes sociales) percibo la agresión multiplicada.  A veces no nos damos cuenta que, no queremos esa violencia pero reaccionamos con violencia. ¿Acaso una es peor que la otra? ¿Acaso hay violencia buena y violencia mala?
Ciertamente nos indignamos, nos da coraje, queremos gritar y quejarnos con alguien y esto es normal, pero cuando deseamos en nuestro corazón que el otro sufra lo mismo o que pague sufriendo, ¿no nos estamos convirtiendo en lo mismo que era aquel, o quizás peor, porque se supone que nosotros estemos en nuestro SANO juicio?

No, no es lo mismo verlo de lejos, pasándole  a otro que estar dentro de sus zapatos, por eso día a día le ruego a Dios que me prepare para el día malo.

Cuando veo estas cosas, luego de mis primeras reacciones, oro y pienso ¿que puedo hacer sobre esto en mi medio ambiente?, ¿cómo puedo aprender de esto?

Si yo hago algo por no multiplicar la violencia y si cada uno de nosotros hace un esfuerzo por ellos, la disminuiremos. Comienza con mirar dentro de tu corazón y busca ¿como me comporto cuando me frustro, cuando me hablan mal, cuando me hacen algo que no me gusta? ¿Cómo reacciono o qué hago cuando veo otras personas dialogando de tal forma que pueden caer en una discusión? ¿Soy de los que pone paz o de los que echan leña al fuego?

Te invito a que decidas por la paz porque la violencia no está funcionando.

44 Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen, 45 para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos; porque El hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. 46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tenéis? ¿No hacen también lo mismo los recaudadores de impuestos? 47 Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis más que otros? ¿No hacen también lo mismo los gentiles?  Mateo 5:44-47
El Señor te bendiga ricamente. A El sea la gloria y la honra.
Nereida

viernes, 7 de diciembre de 2012

Sin prisa pero sin pausa

Hace varias semanas mi hijo vino de EE. UU. a visitarnos. Una tarde, compartíamos juntos en la sala; yo estaba sentada al lado derecho de él y mientras lo miraba hablando, veía en el fondo, detrás de él, la pared del jardín en la cual había un caracol en el borde de arriba.  ¿No les parece que siempre que miramos un caracol da la impresión de estar detenido?

Mi esposo estaba sentado en otro mueble hacia mi derecha. Cambié la mirada para observarlo mientras compartía con nosotros sus comentarios.  En un momento dado, al volver la vista, otra vez, hacia mi hijo, observé que el caracol había recorrido una distancia considerable, ya estaba en la parte de abajo de la pared (que es bastante alta).
Me impresioné tanto que les comenté: "Es casi increíble que un ser que parece que se mueve tan lento, cubra tanta distancia sin darnos cuenta".

Mi esposo dijo: "Porque son constantes"
¡Wao!, esa respuesta fue reveladora para mi en aquel momento. Parece elemental, pero fue el momento en que tuve que verlo.

¿Cuántas veces comencé y no terminé por cansancio, aburrimiento, excusas? ¿Cuánto compromiso hice conmigo misma? ¿Cuán constante soy conmigo misma?

Cuando somos cristianos, no podemos darnos el permiso de dejar para después o aburrirnos. Dios nos ama como somos pero quiere que salgamos de la zona donde estamos, quiere que crezcamos y alcancemos la plenitud de lo que sabe que podemos ser. El sabe que fuimos hechos para la excelencia y no para la mediocridad.  Es tan sabio que sabe a la velocidad que puede llevarnos para conseguir su propósito en nosotros. El confía en nosotros pero, ¿confiamos nosotros en nosotros mismos?

Dios nos creó a todos, también al caracol. Y a todos nos dio las herramientas que necesitamos para completar las tareas que vinieron en nuestra mochila de vida. Aunque sea una "caracola" iré a mi paso pero segura de que llegaré, al paso que Dios puso en mi corazón, quizás sin prisa pero sin pausa.

Si te cansas, descansa pero NUNCA, JAMAS, te rindas.

El Señor te bendiga abundantemente. La gloria sea para El.
Nereida

martes, 3 de julio de 2012

Servicio ¿qué es eso?

Juan 13: 12-17
12Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? 13Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. 14Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. 15Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. 16De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió. 17Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis. 
La crisis económica nos ha afectado a todos, cristianos y no cristianos. Como hijos de Dios debemos aceptar Su voluntad y aprender de las pruebas, que al fin y al cabo sabemos que nos harán más fuertes para enfrentar los nuevos niveles. Dentro de esta crisis, hemos tenido que reajustar la hipoteca de la casa, entrando en un programa federal para bajar el pago mensual. Como parte del programa hay que pasar una prueba de tres meses que conlleva ir a la sucursal y un oficial debe llamar a otro departamento y autorizar el pago. Aunque trabajé en banco casi toda mi vida, no me gusta ir a las sucursales, pregiero hacer las gestiones, por teléfono, por internet o en el auto. Luego del periodo probatorio, finalmente nos aprobaron en el programa (GRACIAS A DIOS!!) y nos indicaron que de ese momento en adelante podriamos pagar directamente con el cajero.

Hace unas semanas fui a pagar la casa. Pasé por el servicio de autobanco (pago desde el auto) pero el cajero me devolvió la libreta y el pago y me indicó que tenía que entrar a la sucursal porque el sistema no le aceptaba el pago. Yo me sentí muy molesta pero, sin remedio, entré. Tomé un turno y me senté en el área acostumbrada, y frente a uno de los cubículos de las empleadas que atienden al público que estaba ocupado por una empleada. Ella estaba sola, haciendo la reconciliación de su cuenta de cheques, algo personal. Pensé, "está en su tiempo de descanso". Al rato de esperar, ella se dirigió a mi con una familiaridad inusual para este tipo de empresa. (Recueden que todavía estoy molesta y mi molestia seguía en aumento)
Sin hacer contacto visual me dijo: "Dígame".  Puse el sobre con la libreta de pagos y el dinero sobre el escritorio, lo empujé para acercarlo a ella y le dije: 
"Vine a hacer el pago de la casa pero el cajero indica que no se lo acepta".
"Dígame el número de la cuenta", dijo ella aún sin hacer contacto visual conmigo
"La libreta está en el sobre" le dije, visiblemente molesta.
Entró una llamada a su teléfono y la empleada comenzó a saludar, hablar y reirse. Claramente era una llamada personal. Mi rostro casi se desfiguró. No tenía que mirarme porque el ambiente cada vez se ponía mas pesado. Yo queria decirle, ¡¡¡no puedes ver que estoy sufriendo y tu estás aquí pasando el rato, me estás maltratando!!!
Cortó la llamada con un "luego te llamo"

Para no hacer este cuento mas largo, ella culminó la transacción y me dirigió donde la cajera. Salí con una sonrisa porque la cajera fue muy amable, mientras yo le pedía al Espiritu Santo que me diera paz y, no solo me dio la paz, sino que me llevó a esta reflexión. 

Yo llegué con una carga: "La situación económica en mi casa estaba decayendo, tengo que hacer ajustes que nunca antes había hecho, siento que debo humillarme, estoy aprendiendo nuevas cosas pero es incómodo, la gente no parece entender y encima tengo que aguantar la falta de consideración de los que aparentemente están en una situación mas aventajada, en la que yo estuve un largo tiempo."

Mientras observaba a esa empleada me pregunté: ¿Habré hecho esto yo alguna vez?, ¿cuántas veces quizás atendí bien a los clientes pero nunca me di cuenta que había otro mundo en necesidad fuera de mi y de mi salario, fuera de mis comodidades? ¿Cuánto tiempo he sido inconsciente de la necesidad de los demás? ¿Cuánto tiempo he estado en mi zona de comfort enajenada, altiva? ¿Cuán alto he querido estar que no puedo ver lo que hay más abajo de mi ego? ¡Dios ha venido a mi rescate!

Lucas 22: 24-27 (NVI)
Tuvieron además un altercado sobre cuál de ellos sería el más importante. 25 Jesús les dijo: Los reyes de las *naciones oprimen a sus súbditos, y los que ejercen autoridad sobre ellos se llaman a sí mismos benefactores. 26 No sea así entre ustedes. Al contrario, el mayor debe comportarse como el menor, y el que manda como el que sirve. 27 Porque, ¿quién es más importante, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No lo es el que está sentado a la mesa? Sin embargo, yo estoy entre ustedes como uno que sirve.
 Si Jesús, el hijo de Dios, Soberano, Principe, Señor de señores vino a servir, quién soy yo para desear ser servida. Dios nos ha llamado a un camino de servicio. A veces no es fácil, pero siempre es posible, con el Espiritu Santo de nuestro lado.

Nos toca mantenernos agarrados de la mano de Jesús, como los niños se agarran de papá para sentir que todo es posible, mientras no me separe de Él.  Jesús nos dio un claro ejemplo de cómo debemos vivir los cristianos. Nuestra mirada siempre debe mirar arriba, buscando el reino, viéndonos todos iguales. El Señor es quien mira hacia abajo y solo el hecho de que nos mire, merece un Aleluyah! 

Cuando sintamos que no somos servidos, recordemos que hemos venido a servir y que si Jesús, siendo Dios, habiendo hecho solo el bien, habiendo sanado a multitudes, habiendo resucitado a muchos, fue despreciado, ¿por qué nosotros debemos esperar ser tratados mejor que el hijo de Dios?

A Dios sea la gloria por la oportunidad que me da de aprender sus lecciones.

Que el Señor te bendiga ricamente.

Nereida

jueves, 28 de junio de 2012

No te desvíes...


13 Y te pondrá el SEÑOR a la cabeza y no a la cola, sólo estarás encima y nunca estarás debajo, si escuchas los mandamientos del SEÑOR tu Dios que te ordeno hoy, para que los guardes cuidadosamente;
14 no te desvíes de ninguna de las palabras que te ordeno hoy, ni a la derecha ni a la izquierda, para ir tras otros dioses y servirles. Deuteronomio 28:13-14 (NVI)


Debido a una condición en mi pierna derecha, debo bajar de peso, pero no puedo hacer ejercicios de impacto, por eso voy temprano en la mañana a nadar a una piscina cercana.  Una de las sesiones que hago es hacer la patada de una orilla a otra agarrada de una tabla de "foam".  Hago una vuelta de frente (boca abajo) y de regreso hago otra vuelta de espalda (acostada sobre el agua, boca arriba). Cuando voy de frente tengo el objetivo (la orilla) "en la mira" y es fácil seguir el rumbo directo, pero cuando voy de espalda hacia la otra orilla, se me hace mas difícil mantener el rumbo sin desviarme, tratando de mantenerme dentro del carril en el cual estoy nadando.    

Para mantener la dirección y el rumbo adecuado, tengo que concentrarme y mirar a un mismo punto fijo  y así sé que voy derecha hacia la otra orilla. Si me pongo a pensar en otra cosa y me distraigo es muy fácil y seguro que termine en otro lugar que no es mi carril, eso puede ocasionar un choque con otro nadador.

Mientras lo hacía, pensaba: “así también es el caminar con el Señor. Mientras mantenemos la mirada fija en Él no hay desvío posible, sin embargo, cuando nos distraemos con las cosas del mundo (otros dioses): el dinero, las preocupaciones, la comodidad, el orgullo, el ego, el chisme, las murmuraciones, etc., comenzamos a desviarnos y perdemos el norte. Y de pronto nos vemos “fuera del carril”, chocando con los demás.

Mantener la vista fija en las cosas de Dios nos da paz, seguridad y tranquilidad aún cuando estemos pasando por pruebas difíciles. Sabiendo que la prueba la pone Dios y es él quien nos está esperando al otro lado para poner su brazo alrededor de nuestros hombros y decirnos: “bien hecho, descansemos y sigamos caminando hacia el nuevo nivel.”

No apartes tu vista del Señor, no hay mejor panorama que Él y su infinito amor.

Que el Señor te bendiga abundantemente. La gloria y la honra sean para Él.

Nereida

jueves, 31 de mayo de 2012

Cuando Dios nos hace un llamado a la excelencia

"Yo he oído las murmuraciones de los hijos de Israel;..."  Exodo 16:12
 Tuve un compañero de trabajo, de otro departamento, al cual le estaba escribiendo, lo que yo le llamo "un chiqui mangue", otros le dicen una "cogida de cuello".  Como lo apreciaba le escribí así: "Te estoy dando una cogida de cuello con estilo".  De vuelta el me contestó "yo le llamo a eso un llamado a la excelencia". A mi me encantó su forma de tomarlo y también su forma de describirlo.

Hace unos días estaba preparando el desayuno y comencé a quejarme (internamente) las tajadas del jamón que compramos eran muy dificiles de despegar de las otras y se hacian pedacitos, no salían completas. De pronto pensé que yo estaba disfrutando de un rico desayuno, con un jamón que sabía bien y era abundante. Sólo tenía que "molestarme" en tomarme unos segundos más y despegarlo con cuidado si lo quería entero.
¿De qué te quejas? ¿Preferirías no tenerlo? Sentí que el Espiritu Santo me estaba haciendo "un llamado a la excelencia".

Estoy tan acostumbrada a tener comodidad y lo que quiero, que hasta me quejo porque lo fácil de pronto se volvió un poco menos fácil. Cuando sucede esto puedo entender mejor por qué Dios nos envía pruebas. Es necesario que abra los ojos a la realidad de otros. Hay gente que no vive tan fácilmente. Que no tiene jamón ni partido ni entero, ni siquiera tienen un hogar donde comersélo. Hay tanto que agradecer y nada de qué quejarnos.

¿Cuántas quejas puedo eliminar hoy de mi vida? ¿Cuanto agradecimiento puedo añadir hoy a mi corazón, a otros?

Todas las cosas son ordenadas por Dios y cuando nos quejamos, realmente estamos quejándonos (murmurando) de lo que Dios ordenó, como si estuviéramos diciendo que Dios se equivocó en sus decisiones.

Cuando vayamos a quejarnos, detengámonos un momento y hagamos un pequeño inventario de nuestras bendiciones, por pocas que sean, siempre serán más que nuestras quejas.

El Señor, a quien sea toda la gloria y honra, te bendiga abundantemente.

Nereida

miércoles, 25 de abril de 2012

Jamás diré, Jamás haré...

                     No os gloriéis del día de mañana
13 ¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; 14 cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. 15 En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. 16 Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala; 17 y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado. Santiago 4:13-17


Aún recuerdo con el énfasis y la actitud que dije "¡Jamás me casaré con un español!". Fué hace mas de diez años. Ese fue uno de los tantos "jamases" que pronuncié antes de conocer al Señor como lo conozco hoy.  Más atrás en mi pasado, antes de este "jamás" había pronunciado otro, muy convencida: "jamás me cambiaré de religión". Y así hubo otros "jamases": todos tuvieron el mismo resultado final...

Pienso que cuando dije: "jamás me casaré con un español", en el cielo pasó algo así como en algunos restaurantes: Cuando el cocinero grita: "¡Sale un español para Nereida, calle!   El día 2 de enero del próximo año cumpliremos ocho años de casados, el español "con el que nunca me casaría", y yo.

Pienso que cuando decimos: Jamás haré, jamás diré, etc., automáticamente estamos firmando el contrato para que suceda. Porque pensamos que podemos controlar lo que sucederá y no nos acordamos de que no conocemos el futuro, ni cuánto cambiaremos mientras caminamos por las veredas del futuro. Pero sobre todo, no contamos conque el "dueño de las decisiones del restaurante de la humanidad" es Dios.

Pienso que a mí me hubiese pasado lo que a Pedro, o peor.
 33Respondiendo Pedro, le dijo: Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré. 34Jesús le dijo: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces. 35Pedro le dijo: Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo. Mateo 26:33-35

Después de tener un amigo sin igual como Jesús. Después de ver las maravillas que hacía, después de que Dios le revelara que éste (Jesús) era el Hijo de Dios, definitivamente, ¡Jamás, lo dejaría solo o lo negaría!  Pero, lo cierto es que todos los dias, de alguna forma, negamos a Jesús, porque la carne es débil.
Sin embargo, también es cierto que si nos arrepentimos y somos humildes ante Él, Él hará lo que hizo con Pedro, compartirá con nosotros, cenará con nosotros y nos dejará saber que nos entiende. Sobre todo, nos perdonará, porque es una fuente inagotable de perdón y de amor.

Hoy día cuando escucho esos "jamases" salir de la boca de otros, se me  eriza la piel, me parece escuchar en el cielo al ángel "que toma las órdenes de los jamases".  :)

"No le entregaría mi hijo a Dios", dije hace muchos años.
Fué en un mes de abril, hace seis años. Quebrantada, le entregué a Dios a mi único hijo, (en coma). Le di gracias por haberme dado, durante 26 años, un hijo bueno, obediente y amoroso.  Entonces, el Señor se reveló en mi vida y entendí que Él es El Señor, Todopoderoso, Omnisciente, Omnipotente y Omnipresente. Y que las cosas sucederán si Él quiere y cuando El quiera. El Señor tuvo misericordia y yo no  lo merecía.

Amados, lo que decimos es como piedra que tiramos y siempre caerá en algún lugar. Puede arreglar o romper cosas. Ahora, cuando digo: "Haré, si Dios quiere" no lo digo por costumbre, lo digo creyendo en mi corazón que se hará o pasará si Dios quiere.

Que el Señor hable a tu corazón y te bendiga de manera sobrenatural. A Él sea la gloria y la honra.

Nereida






lunes, 16 de abril de 2012

¿Qué te retiene de ir a un servicio fúnebre?

"Ved ahora que yo, yo soy,
Y no hay dioses conmigo;
Yo hago morir, y yo hago vivir;
Yo hiero, y yo sano;
Y no hay quien pueda librar de mi mano."

Deuteronomio 32:39
Hoy estuve en el servicio funeral de una ex compañera de trabajo. Debo decir, en honor a la verdad, que dudé en tomar la decisión de ir. Entonces recordé el bien que me hizo ver a mis compañeros de trabajo, mis vecinos y muchos conocidos, cuando era yo la que decía el último adiós a mi madre.  Ya no se trataba de la fallecida sino de la hija que perdió a su madre. 
 
¿Por qué cuesta tanto, a muchos, ir a un servicio funeral? ¿Por qué se encuentran excusas para no enfrentar la muerte? ¿Será que en realidad vamos a mirarnos en un espejo? ¿Será que aún no se tiene claro el tema? O será que "eso puede ser contagioso y se puede venir conmigo", "se me puede pegar eso de morirse, se puede meter en mi casa".

Tengo personas amadas, muy cercanas que no pueden ver un muerto. Ni siquiera pueden entrar a la capilla. A veces, en broma, les he dicho: "cuando me muera me envías tu último adiós con "X" persona. (Sé que no es necesario que me vean porque yo ya no estaré allí.)

Dicen que no hay nada seguro en la vida, pero si lo hay, y esto es la muerte. Sólo hay un requisito para morir: estar vivo.

Mientras escuchaba el servicio, iba pasando una película de recuerdos por mi mente: la veía reír, la veía haciendo bromas y la escuchaba riendo a carcajadas. Ella tenía carácter y decía lo que había que decir, donde y a quien había que decirlo, incluso a su jefe (Presidente de la empresa). Él la respetaba. Nunca la vi fuera de orden.

La muerte no es un tema del que queramos hablar. Generalmente las personas quieren seguir en esa carrera desenfrenada sin saber por qué se corre ni hacia donde se corre. Yo también viví así casi toda mi vida. Ahora ya sé a dónde voy.
¿Lo sabes tú?

¿Qué podía hacer yo por mi ex compañera fallecida? ¿Nada? No, podía darle consuelo a su única hija. Cuando todos se van retirando y el vacío comienza a manifestarse cada vez más cercano, yo podía pedirle al Señor que me diera palabras para ese terrible dolor que ella estaba experimentando. Podía decirle lo que yo quería oír cuando murió la mía: que tener coraje es natural, que sentirse  egoísta cuando le dijiste a Dios "ahora quien cuidará a mis hijos" esa era una forma de tratar de negociar con Dios para que ahora no sea el momento de que partiera, que este dolor seguirá ahí por un tiempo, pero que Dios es misericordioso y estará con ella en el proceso, no la dejará sola, hasta que llegue el día en que el recuerdo sea mas placentero que doloroso. Entonces, el llanto fue disminuyendo y el Espíritu Santo puso sosiego en su corazón (A Dios y solo a Dios sea la gloria).  Este dolor será como las olas del mar, que se alejan y regresan. Habrá días de calma y días de barrunto. Ese es el proceso, poco a poco.

Ir a un funeral cumple dos propósitos, dar consuelo y esperanza y hacer una introspección para examinar cuán saludable está mi vida espiritual.
La muerte es parte de la vida, no es el fin sino el comienzo de una vida eterna. La pregunta es: cuando yo muera ¿viviré eternamente gozando de la Gracia de Dios o en condenación eterna?

Si no lo sabes o si no estás seguro, ahí donde estás, habla con Dios: "Señor, reconozco que he pecado contra el cielo y contra ti.  Reconozco que Jesucristo es mi único y suficiente Salvador, que murió por mi en la cruz del calvario para limpiar mis pecados. Resucitó al tercer dia y volverá por mí. Señor quiero vivir eternamente gozando de tu Gracia Divina. Te pido que entres en mi corazón y transformes mi vida. Por los méritos de Jesucristo, te lo pido, Amén."

Si haces esto de corazón, no temerás a la muerte porque Jesucristo la venció para que tu tengas vida en Él y vida en abundancia.
25"Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. 26Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?" Juan 11:25

Que el Señor te bendiga ricamente. A Él sea la gloria y la honra.

Nereida

lunes, 9 de abril de 2012

Sensibilidad humana

 "1 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. 3Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve."
"13Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor."  1ra Corintios 1: 1-4, 13
Ayer mi vecina le comentó a mi esposo que, corriendo bicicleta, se cayó en la inmediaciones de un centro comercial y que nadie se detuvo a ayudarla o ver si algo serio le había sucedido.

Precisamente, el día anterior, estuve conversando con una compañera de ejercicios y hablábamos de la sensibilidad que teníamos años atrás en nuestra Isla. Ella me decía que cuando llegó a instalarse para vivir aquí (venía de otra isla vecina), quedó muy sorprendida porque: "aquí la gente se paraban para darte pon". Esto es, que la gente cuando te veía caminando, se detenían y te ofrecían llevarte a donde fueras, sin maldad alguna.  Entonces recordé que mi hermana y yo lo hicimos varias veces, en nuestra adolescencia, cuando veíamos a personas caminando bajo el aguacero. No teníamos miedo, simplemente teníamos sensibilidad humana.

La Sensibilidad, como la describe el diccionario es, la facultad de sentir y la propensión natural del hombre a dejarse llevar de los afectos de compasión, humanidad y ternura.

Lo que ocurre en nuestra isla vemos que está ocurriendo en el mundo entero. La humanidad va en decadencia y a pasos agigantados.  Por un lado vemos un grupo de seres humanos tratando de salvar a una ballena barada en la orilla de la playa y por otro vemos cómo se matan los seres humanos por causas triviales, por poder, porque pisaste mis flores, porque te colaste en la fila, porque me miraste mal, porque me quitaste el estacionamiento...

Oigo decir: "yo no puedo hacer nada por eso", pero sí podemos hacer algo. Jesús lo hizo: se acercó a los despreciados, sanó a los doloridos en el cuerpo y en el alma, tuvo compasión, tuvo sensibilidad hacia la humanidad, tanta, que murió por nosotros, seres insensibles al dolor ajeno.

Cuando hablo de esto, hablo también de mi y de mis zonas de comfort. Debemos examinarnos a diario y preguntarnos si nuestra sensibilidad ha disminuido. Si yo viese a alguien caer en la calle ¿me detendré? o pensaré "alguien mas se parará, yo tengo prisa, llegaré tarde al trabajo". ¿Me sentiré avergonzado(a)?
Cuando sé de alguien que está en el hospital con una enfermedad grave ¿iré a visitarle a pesar de no saber qué decir o hacer? ¿Iré aunque me pierda el capítulo mas interesante de mi programa favorito? ¿Iré aunque sea la hora de mis juegos electrónicos? ¿Iré aunque esté cansado (a)?

Hay situaciones que solo suceden una sola vez en la vida y si se pierden no se pueden recuperar.  El mundo nos ha enseñado que el amor es "el frosting del bizcocho", lo dulce, lo bueno. Amar no es fácil pero cuando se ama se siente el mayor gozo que jamás se haya experimentado, Jesús lo comprobó: amó en el desprecio, en el dolor, en la calumnia, en el rechazo.

Cuando se te haga dificil amar, vé dónde Jesús y pídele fortaleza, Él te la dará siempre que la necesites. Él te dirá cómo hacerlo y estará contigo cuando tengas que demostrar caridad a otros.

Si cada uno de los seres humanos, sólo se ocupara de si mismo en relación con dar un paso de amor, no tendríamos que rememorar tiempos pasados porque estariamos en un presente constante lleno de amor. Con Jesús es posible vivir en ese presente.


El Señor te bendiga y te guarde. Sea Él glorificado por siempre.


Nereida
































jueves, 5 de abril de 2012

¿Qué guardo en mi corazón?

"Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;
Porque de él mana la vida."
Proverbios 4:23
 Mientras barría las hojas de la terraza, una de las hojas se pegó del suelo, de tal manera que no había forma de hacerla mover hacia el  recogedor. Esto me llevó a meditar sobre cuál hubiese sido mi actitud antes de haber conocido la paz que tengo ahora por causa de Cristo mi Señor y Salvador. Esto a su vez, me llevó a escribir un cuentecillo basado en esa actitud de antaño.

Cuando vi que no había forma de mover la hoja, me bajé, la tomé con los dedos y la eché sobre el recogedor junto con las otras; y sonreí y le dí gracias a Dios por haber transformado mi corazón. ¿Cuál hubiese sido mi actitud anterior? La misma de Farah, el personaje del cuento. Hubiese parecido una desquiciada, peleando con una hoja, molestándome al punto de pelear con el que se me pusiera de frente. Una vez encendido el fuego éste devora todo a su alrededor. ¿Te ha sucedido esto a ti?

¿De dónde salían estas reacciones inexplicables? Porque, creo que no es normal que un ser humano se ponga frenético porque una hoja se pegue del suelo, o porque se nos caiga el celular, o porque se me resbala algo de la mano, se me pase la hora del programa, etc. No es normal que una madre acabe a golpes a su hijo pequeño porque derramó algo al suelo o porque rompió una figura.
"Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre" Mateo 15:18
"Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él" Proverbios 23:7
La mente es el campo de batalla del maligno. Cuando ve una oportunidad para ponerte de su lado, la aprovecha y luego hay mucho que lamentar.

A través de la sanación, en consejería teoterapeutica, el Señor  me fue revelando de dónde venían esos corajes: de mi niñez, de mis experiencias y emociones no satisfechas.  Dios en su infinita misericordia, me mostró lo que dice su palabra: que cuando aceptara a Cristo en mi corazón "sería una nueva criatura". Que si seguía sus preceptos (su palabra) gozaría del fruto del Espiritu: Amor, Gozo, Paz, Paciencia, Benignidad, Bondad, Fe, Mancedumbre Templanza.

No les niego que a veces me incomodo pero ya la reacción jamás es igual que antes. El Espiritu me enseña a discernir, me enseña cuando voy a obrar incorrectamente. Se siente bien porque sé que no estoy sola, que tengo la fuerza Poderosa de un Gigante que me guarda y que no me dejará sola nunca.

Si tu no has sentido esta fuerza y quisieras sentirla, habla con Jesús; apártate a un lugar íntimo y cuéntale tus preocupaciones. Pídele que entre en tu corazón y que Su palabra se haga realidad en tu vida. Que seas transformado(a) para poder enfrentar cualquier batalla, sabiendo que un Gigante pelea por ti.

Que el Señor te bendiga y te guarde.  A Él sea la gloria.

Nereida

miércoles, 28 de marzo de 2012

"Yo no hago nada malo"


"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe."  Efesios 2: 8-9 

He escuchado a muchas personas decir algo así como: "Yo me porto bien, yo no le hago mal a nadie y trato de hacer cosas por otros". Esto lo dicen como queriendo decir, yo voy al cielo porque me porto bien. Durante mucho tiempo en mi vida yo también pensaba así, sin embargo, ¿por qué no me sentía segura de que iría al cielo? En la iglesia, el pastor Senior suele preguntar: Si murieras esta noche ¿estás completamente seguro de que irás al cielo? En aquel tiempo yo no me sentía segura de ello.

Cuando me explicaron (y me demostraron con la Palabra) que la salvación no tenía nada que ver con lo que yo hiciera (bueno o malo), y lo entendí en el espíritu, ¡wao, que notición! sentí un Gran Alivio. La salvación no dependía de que "yo me portara bien y no le hiciera mal a nadie". Porque lo cierto es que todos los días hacemos "cositas" que no son de bien o no resulta en bien para otros, por ejemplo: cuando alguien se nos atraviesa en la carretera ¿no nos dan ganas de decirle cosas (si es que no se las decimos), cuando alguien se aprovecha de nosotros ¿no nos da coraje y ganas de venganza? Cuando en nuestro matrimonio el cónyuge hace o dice algo que nos darían ganas de hacer algo de vuelta (ignorar, despreciar, etc.-venganza-). Hay tantos detalles en la vida que no resultan nada buenos, que si los apiláramos haríamos una montaña mas alta que el Everest.

No, cuando el Señor abrió mis ojos y me mostró el Gran Regalo que me hizo: La Salvación eterna, y yo no tenía que ser perfecta, ese día comencé a caminar hacia la verdadera paz. Entendí que de ninguna forma podría salvarme por mi misma porque soy imperfecta. Como seres humanos estamos inclinados hacia el pecado, sólo Dios puede poner en nosotros bondad, humildad, agradecimiento, amor.

Cuando estamos seguros de que estamos aprobados por Dios sólo por nuestros propios méritos humanos, estamos cosechando un caldo de cultivo para el maligno, para que nos sarandee como el viento a una hoja seca. Porque sin Dios nada podemos hacer. Juan 15:5

La mayor trampa del maligno para nosotros es el ego. Pensar que somos auto suficientes para enfrentar los "cuentos de la vida". ¿Sabemos cuántos cabellos hay en nuestra cabeza?, Dios lo sabe. ¿Sabemos cómo fuimos creciendo en el vientre de nuestra madre?, Dios lo sabe. ¿Sabemos dónde estaremos dentro de un mes o un año?, Dios lo sabe. ¿Sabemos cuándo moriremos y cómo será?, Dios también lo sabe.

Entonces, ¿realmente conoces tu corazón o tu mente al 100%?, porque Dios sí lo conoce. Conoce nuestros corajes, nuestras envidias solapadas, el ego, el orgullo, los rencores viejos, esos que saltan cuando menos te lo esperas y no sabes ni por qué te sientes con coraje o triste o desanimado. Él conoce quiénes no nos caen bien, conoce el discrimen (también solapado) que nos salen con ciertas personas, razas, religiones, etc. Dios conoce ese deseo furtivo que pasó por la mente. Aquello que hicimos a escondidas y que no se va de nuestra mente.

La verdad es que no hay nada bueno que podamos hacer por nuestros propios méritos a menos que Dios lo ponga en nuestro corazón.
Pero lo mas maravilloso es que Dios nos amó tanto, que aún sabiendo cómo seríamos, lo que haríamos, lo que diríamos y otras muchas cosas que harían que cualquier rey nos decapitara, Él nos aceptó como somos y nos regaló la salvación en la cruz del calvario.

Reclama tu paz, reclama tu lugar en la eternidad. Sí, hay un requisito: Confesar que crees que Jesús nació de una virgen por obra del Espíritu Santo, vivió como hombre perfecto sin mancha ni pecado, entregó su vida por nuestros pecados, fue crucificado, murió y resucitó. Y resucitar quiere decir  <1. tr. Volver la vida a un muerto>. Jesús está vivo y volverá por nosotros. Y está ahí al lado tuyo mientras lees sobre Él. Y está esperando que tu le digas: "Perdóname Señor porque sólo tú tienes los méritos. Por favor, entra en mi corazón y dame paz. Por favor, escribe mi nombre en el libro de la vida y guíame hacia la eternidad. Amén."

9 ...que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.  Romanos 10: 9-10

Que el Señor te bendiga abundantemente, a Él sea la gloria y la honra.

Nereida

sábado, 24 de marzo de 2012

No bajes la guardia


12 Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. 13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.  1 Corintios 10:12

Hace unos días me comprometí a llevar una tortilla española a una actividad a la cual ya no era posible que yo asistiera. Sin embargo, sabía que debía cumplir con mi compromiso y entregar la tortilla. Tenía que estar en la casa a las 8:45am porque de allí partirían para el lugar donde se celebraría la actividad.

He hecho ya tantas tortillas españolas que conozco el tiempo que me tardo en hacerlas. En el proceso de pelar las papas, cortarlas en pedacitos muy pequeños, freírlas lentamente hasta que ablanden, sofreír los ingredientes que le darán el gusto, mezclar todos los ingredientes y luego ir friéndola lentamente mientras la voy volteando varias veces, toma un tiempo mínimo de una hora.

Aunque me levanté con el tiempo suficiente para hacerla sin prisas, pelé las papas y las lavé, pero continué haciendo otras cosas. Por primera vez confié en mi control sobre el tiempo. Cuando me di cuenta eran las 8:45am, tenía menos de una hora para hacerla y entregarla.

Me puse manos a la obra pero me di cuenta que estaba muy ansiosa, tanto que mi corazón palpitaba mas rápido de lo común (no acostumbro a alterarme por estas cosas). Recordé las palabras del Señor "por nada os afanéis".  De inmediato, me puse en contacto con mi Creador y le dije: "Señor, perdóname, no sé de donde me saqué que yo puedo controlar el tiempo. Ayúdame a cumplir con este compromiso. Yo sé que tu puedes controlar el tiempo y las situaciones". Luego de esto y mientras seguía en el procedimiento, comencé a cantar y a adorar a Dios. Esto me quitó la ansiedad y lo más grandioso es que, por razones "accidentales" de logística, tuve que dividir las papas para freírlas (la primera vez que me sucede) pero esto me llevó a agilizar el proceso y ¿saben qué?  La tordilla estuvo lista, puesta en su plato de presentación y cubierta a las 8:30am.

¿Cuál es la lección para mi? No tiene que ver con la tortilla, tiene que ver con quien es Dios y quién soy yo. Dice en Juan 15:5 y 7 
"Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer." 7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho."
Es tan fácil sentir que solos podemos hacer lo que queramos, no es cierto. Dios es quien tiene el control sobre todo y sobre todos. En todo tiempo tengo que cuidar de no alejarme de mi Padre, como si fuese ese hijo pequeñito que papá o mamá no lo deja solo en ningún lugar porque otros pueden hacerle daño. El maligno anda como león rugiente tratando de devorar a los hijos de Dios.  

Orad sin cesar, dice el Señor en 1 Tesalonicenses 5:17, esto es hablar con Dios constantemente, como ese amigo incondicional que te acompaña, que te escucha y no te juzga pero quiere que seas mejor cada día y te disciplina con amor. 

Entrégale todos tus momentos "ordinarios" para que Él los convierta en extraordinarios, para que tu espíritu se goce con las cosas "grandes y ocultas" que Él, en su amor y su gracia, te mostrará cada día.

El Señor te bendiga abundantemente. A Él sea la gloria y la honra.

Nereida

domingo, 11 de marzo de 2012

¿Corazón de granito?

"Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra." Ezequiel 36:26-27

Hace unos días estuve mirando un documental sobre una inmensa roca de granito, llamada El Capitán, ubicada en el parque Yosemite, en EE.UU. Decía el investigador, que era tan dura que había que martillar y martillar durante mucho rato (mientras lo hacía), para sacar apenas unas astillas de la piedra.  Era una piedra impenetrable.

Hubo un tiempo en mi vida en que mi rebeldía no me dejaba ver. Puedo decir que estaba ciega. El coraje, el rencor, la falta de amor, me mantenían al margen de la paz. Pensaba que la felicidad estaba en tener "amigos", en salir "a disfrutar", en comprar, en sobresalir en el trabajo, en bailar, en hacer chistes para que los demás se rieran y yo ser el centro de la felicidad de los demás, en resumen: en seguir por la corriente del mundo. Y todo esto, sin darme cuenta que en el fondo había una caldera de coraje en ebullición. Mi corazón estaba endurecido como el gran Capitán de granito.  

El toque de Dios, es tan misericordioso que de inmediato un corazón de piedra se convierte en un corazón tierno, rojo, blando. Algunos dirán, "pero si me ablando me van a herir más". Dice la palabra que en nuestra debilidad es que se perfecciona el poder de Dios porque es Dios quien lucha nuestras batallas, sólo hay un requisito, CONFIAR en él. No importa cuán fuertes sean nuestras batallas, nuestro mejor capitán, el único es Dios. 

¿Quién puede ser más fuerte que aquel que se enfrenta, con los brazos abiertos, sin temor a lo que suceda? Dios te ofrece esa fortaleza.

Tengo un dicho muy personal: Aquel que conoce los síntomas es porque ha padecido la enfermedad. Cuando veo en otros aquello que vi en mí, veo el granito de piedra que un día tuve en mí. Entonces siento tristeza, sobre todo cuando, como hice yo, nos negamos a aceptar que somos débiles y que sin Dios, nada podemos hacer. 

Te invito hoy a que vayas ante Dios y le pidas que examine tu corazón. No temas porque Él no vino a juzgarte sino a comprenderte y a sanarte. Jesús no vino a condenar sino a tener misericordia y perdonar. Sólo debes pedirle que entre en tu corazón y con su amor rompa el cascarón de piedra para que lata tu corazón lleno paz. El te llevará por el camino hacia la verdadera felicidad. Estarás en el mundo pero el mundo no estará en ti.
 "Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad." 2 Corintios 12:9
La gloria sea para el Señor.
Que Él te bendiga ricamente. 

Nereida

martes, 6 de marzo de 2012

Mas allá de mi sufrimiento

 
Antes de conocer al Señor como lo conozco ahora, cuando tenía dificultades que yo consideraba fuertes o grandes, no podía ver más allá del dolor de mi carne. Me preguntaba ¿por qué Dios, si es tan bueno y amoroso, deja que me suceda esto, por qué permite que yo sienta este dolor que me está rompiendo? ¿Acaso no dijo que soy como la niña de sus ojos?

Nosotros, como seres finitos, solo vemos lo que está al alcance de nuestra visión. Una hormiga no puede ver todo lo que nosotros (arriba de ellas, mas grandes que ellas) vemos. Una persona ubicada a la altura de un piso 30 tiene una vista mayor del panorama, que aquel que está a nivel del suelo. 

Entonces, ¿qué podemos esperar de Dios que es infinito, eterno, todopoderoso, omnisciente y omnipotente? Dios está en el pasado, en el presente y en nuestro futuro; todo lo conoce. ¿Sabrá Dios por qué estamos pasando por la prueba que nos hace sufrir? ¡Claro!  ¿Sabré yo que si disciplino a mi hijo el sufrirá? ¡Sí! ¿Sabrá mi hijo, en ese momento de disciplina, que lo hago por amor? Probablemente no, porque no ve más allá de su dolor, de su coraje, de su frustración y de su sufrimiento. Pero yo sí estoy segura de que mi hijo confía en mí aunque tenga coraje conmigo, porque le doy seguridad con la disciplina que le impongo. Y eso se traduce en AMOR.

Dios, en su  i n f i n i t o  amor, disciplina a sus hijos sabiendo que vamos a llorar, que nos vamos a quejar, vamos a discutir, nos tiraremos al piso a pataletear, le preguntaremos mil veces ¿por qué, por qué, por qué? pero luego nos cansaremos de llorar, nos quedaremos dormidos y al despertar de la prueba, nos sonreiremos con PAPÁ e iremos a sus brazos agradecidos de que esté ahí para nosotros, de que nos dé la seguridad del AMOR que siempre ha sentido, siente y sentirá por nosotros. Dios no te ama por lo que eres, te ama PORQUE TE AMA.


Cuando nos sintamos en una prueba, tomemos una fuerte bocanada de aire, suspiremos y digamos "Gracias Padre, porque con la disciplina y la prueba me demuestras tu inmenso amor, ayúdame a pasar "con buena nota" esta prueba y aunque me queje, no me dejes de disciplinar porque tu amor me enseña a amarte mas, a amarme más y a amar más a los demás".

Confía en el que nos amó tanto que dio a su hijo unigénito para que todo aquel que en Él cree no se pierda mas tenga vida eterna.  Juan 3:16

La gloria siempre sea para Él.
 Dios te bendiga este día y todos los días de tu vida.



Nereida

miércoles, 1 de febrero de 2012

Quién le enseñó a las aves...

"Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así. E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno." Génesis 1: 24-25

¿Cómo construirías una casa sin que nadie te diga como hacerlo? No vale buscar en you tube.

Hace unos días, mientras mi esposo y yo tomábamos medidas en la entrada de una urbanización privada, encontré un nido. Anteriormente había visto nidos pero siempre en el lugar donde los habían fabricado sus dueños. Nunca me atreví a tocarlos porque de pequeña me enseñaron que los nidos no se tocan ni se urga dentro de ellos, ya que los pajaritos podrían abandonarlo y abandonar a sus polluelos. Esta vez estaba en el suelo, como si se hubiese caído pero no había árbol arriba del nido. Estaba completo (no estaba roto) y vacío. Parecía nuevecito, como si lo hubiesen terminado de hacer, también estaba vacío.

Decidí traerlo a casa para observar aquella "obra" con detenimiento. 
El nido estaba hecho con paja, pequeñas y delgadas ramas secas. Tenía también hojas suaves (como si fuese el esqueleto de la hoja) y también tenía, enredado entre la paja, algodón. Curiosamente, recuerdo que todos los nidos que ví en mi vida, tenían algodón. ¿De dónde lo sacaban los pajaritos?

La forma del nido era redonda. La entrada, aunque abierta, estaba hecha de tal forma que había que buscar bien para encontrarla (segura). Entonces lo que mas me impresionó fue cuando metí la mano para sentirlo por dentro. Se sentía suave, como si los mejores materiales estuviesen del lado de adentro. Toda la paja, todos los materiales utilizados en ese lado de "la casa" eran acogedores.  Me hubiese gustado tomarme una pastilla de chiquitolina (esto es de un programa de la televisión) para hacerme pequeñita y entrar en el nido.  El espacio donde conviviría esta familia era como un tunel curveado. Es decir, mientras vas entrando vas girando hacia un lado de manera que al asomarte al nido no puedes ver de inmediato si hay habitantes en ese lugar. Imagimo que esto también será para que la lluvia o el viento no les llegue "a la sala". Realmente se ve y se siente acogedor.

No sé si se están preguntando lo mismo que me pregunto yo: ¿Cómo saben las aves la forma de hacer sus nidos? ¿Cómo saben el material que deben utilizar? ¿Cómo saben la forma de entrelazar estos materiales para que queden amarrados. ¿Cómo saben darle la perfecta textura en el interior aunque el exterior es mas aspero? ¿Cómo conocen cuándo deben comenzar a construirlos y dónde?
También medité en que ellos saben que no vivirán ahí sino que solo necesitan un hogar temporero para tener a sus hijos. No se amarran a nada, son libres porque saben que Aquel que los creó cuida de ellos.

Este tipo de preguntas me las hacia  constantemente en mi juventud y me respondía a mi misma "tiene que haber una inteligencia mayor a nosotros", pienso que el Señor ya me estaba inquietando. Pero no sabía definirla. Ahora lo sé.

Dios creó todas las cosas que vemos y que no vemos. Todo pertenece a Dios. Pensar que las cosas salieron de la nada es errar. De la nada, nada sale. Pensar que las cosas evolucionaron también nos lleva a errar. Hay muchas criaturas, muchas cosas en el universo que dificilmente pueden haber cambiado solas.
La Palabra habla claramente de su grandeza y de que Él crea la vida con su palabra y también la termina, nada pasa por si solo, ni por casualidad.

Salmo 104 
26 Allí andan las naves;
Allí este leviatán que hiciste para que jugase en él.
27 Todos ellos esperan en ti,
Para que les des su comida a su tiempo.
28 Les das, recogen;
Abres tu mano, se sacian de bien.
29 Escondes tu rostro, se turban;
Les quitas el hálito, dejan de ser,
Y vuelven al polvo.
30 Envías tu Espíritu, son creados,
Y renuevas la faz de la tierra.


Toda la creación habla de su Creador. Cuando salgas observa la mano de Dios en todas las cosas y da gracias porque Él te ama y te ha puesto en un jardín con todo lo que necesitas. Seamos agradecidos como son los pajaritos. Esperemos en Dios, Él no nos fallará ni nos dejará sin provisión.

A Él sea la gloria y la honra.

Dios te bendiga abundantemente.

miércoles, 25 de enero de 2012

¿Cuán pobre soy?

¿O cómo puedes decir a tu hermano: "Hermano, déjame sacarte la mota que está en tu ojo", cuando tú mismo no ves la viga que está en tu ojo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo y entonces verás con claridad para sacar la mota que está en el ojo de tu hermano.  Lucas 6:42

Navegando en internet he visto una imagen donde aparece el papa y abajo indica: "Predica el compartir con una túnica que vale 45,000 euros y  un cetro de 20,000." Al lado de la imagen del papa hay una foto de un niño africano extremadamente delgado.
Pienso que todos en algún momento hemos visto alguna de estas imágenes.

Eso me hizo reflexionar, primero, en que hubo un tiempo cuando yo pensaba así. Era más conveniente para mí mirar fuera de mi que buscar dentro de mi.
Luego vino a mi mente el versículo de Juan 12:8 "Porque a los pobres siempre los tenéis con vosotros, mas á mí no siempre me tenéis." 
¿Querrá decir esto que Dios quiere que haya pobres en el mundo por alguna razón? o ¿querrá decir que en nuestra naturaleza pecaminosa y egoista nunca nos pondremos de acuerdo para erradicar la pobreza genuinamente?

Dicen algunas estadísticas que tenemos recursos para alimentar dos o tres planetas. Esto me lleva a la segunda pregunta, nuestra naturaleza pecaminosa y egoista no nos permite ponernos de acuerdo para erradicar la pobreza del mundo. Cada uno de nosotros quiere mas.

Algunos vemos estas fotos y nos conmovemos pero ¿qué hacemos? probablemente muchos decimos "Ay bendito" y seguimos haciendo nuestras tareas diarias, otros toman acción y hacen lo que sus conciencias les dictan. ¿Estarán los pobres ahí para recordarnos que nos falta algo a nosotros?

Ciertamente podemos pensar que nada de lo que hagamos acabará con la pobreza pero hay algo que sí podemos hacer y que si lo hiciera cada uno individualmente (tu y yo, el papa, los católicos, los evangélicos y todo ser humano) lograríamos un gran cambio.

Primero, aceptar de corazón que yo no puedo cambiar a nadie ni las circunstancias mundiales, ni siquiera las mías. Solo uno puede hacerlo y es Dios. Él tiene el control de todas las cosas y lo hace en amor y por amor. Segundo: Ponerte en la presencia de Dios  y pedirle que examine tu corazón y te haga ver ¿cómo yo estoy aportando a la pobreza mundial? Sobre todo a la pobreza que hace mucho daño a diario, la pobreza del alma y del espíritu.  ¿De qué nos vale tener riquezas y sentirnos miserables? Hay pobres que cantan y  hay ricos que lloran.

Te invito a hacerte estas pregunta: ¿que realmente significa pobreza para mi? ¿Soy pobre en alguna de mis áreas: espiritual, emocional o físicamente? ¿Que puedo hacer para aumentar la riqueza de mi espiritu?

"Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas." Mateo 6:33

El Señor te bengida ricamente. A Él sea la gloria.