lunes, 9 de abril de 2012

Sensibilidad humana

 "1 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. 3Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve."
"13Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor."  1ra Corintios 1: 1-4, 13
Ayer mi vecina le comentó a mi esposo que, corriendo bicicleta, se cayó en la inmediaciones de un centro comercial y que nadie se detuvo a ayudarla o ver si algo serio le había sucedido.

Precisamente, el día anterior, estuve conversando con una compañera de ejercicios y hablábamos de la sensibilidad que teníamos años atrás en nuestra Isla. Ella me decía que cuando llegó a instalarse para vivir aquí (venía de otra isla vecina), quedó muy sorprendida porque: "aquí la gente se paraban para darte pon". Esto es, que la gente cuando te veía caminando, se detenían y te ofrecían llevarte a donde fueras, sin maldad alguna.  Entonces recordé que mi hermana y yo lo hicimos varias veces, en nuestra adolescencia, cuando veíamos a personas caminando bajo el aguacero. No teníamos miedo, simplemente teníamos sensibilidad humana.

La Sensibilidad, como la describe el diccionario es, la facultad de sentir y la propensión natural del hombre a dejarse llevar de los afectos de compasión, humanidad y ternura.

Lo que ocurre en nuestra isla vemos que está ocurriendo en el mundo entero. La humanidad va en decadencia y a pasos agigantados.  Por un lado vemos un grupo de seres humanos tratando de salvar a una ballena barada en la orilla de la playa y por otro vemos cómo se matan los seres humanos por causas triviales, por poder, porque pisaste mis flores, porque te colaste en la fila, porque me miraste mal, porque me quitaste el estacionamiento...

Oigo decir: "yo no puedo hacer nada por eso", pero sí podemos hacer algo. Jesús lo hizo: se acercó a los despreciados, sanó a los doloridos en el cuerpo y en el alma, tuvo compasión, tuvo sensibilidad hacia la humanidad, tanta, que murió por nosotros, seres insensibles al dolor ajeno.

Cuando hablo de esto, hablo también de mi y de mis zonas de comfort. Debemos examinarnos a diario y preguntarnos si nuestra sensibilidad ha disminuido. Si yo viese a alguien caer en la calle ¿me detendré? o pensaré "alguien mas se parará, yo tengo prisa, llegaré tarde al trabajo". ¿Me sentiré avergonzado(a)?
Cuando sé de alguien que está en el hospital con una enfermedad grave ¿iré a visitarle a pesar de no saber qué decir o hacer? ¿Iré aunque me pierda el capítulo mas interesante de mi programa favorito? ¿Iré aunque sea la hora de mis juegos electrónicos? ¿Iré aunque esté cansado (a)?

Hay situaciones que solo suceden una sola vez en la vida y si se pierden no se pueden recuperar.  El mundo nos ha enseñado que el amor es "el frosting del bizcocho", lo dulce, lo bueno. Amar no es fácil pero cuando se ama se siente el mayor gozo que jamás se haya experimentado, Jesús lo comprobó: amó en el desprecio, en el dolor, en la calumnia, en el rechazo.

Cuando se te haga dificil amar, vé dónde Jesús y pídele fortaleza, Él te la dará siempre que la necesites. Él te dirá cómo hacerlo y estará contigo cuando tengas que demostrar caridad a otros.

Si cada uno de los seres humanos, sólo se ocupara de si mismo en relación con dar un paso de amor, no tendríamos que rememorar tiempos pasados porque estariamos en un presente constante lleno de amor. Con Jesús es posible vivir en ese presente.


El Señor te bendiga y te guarde. Sea Él glorificado por siempre.


Nereida
































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