viernes, 22 de febrero de 2013

Disciplina o castigo


13No dejes de disciplinar a tus hijos; no morirán si les das unos buenos azotes.
14La disciplina física bien puede salvarlos de la muerte.*
Proverbios 23:13-14

Dios disciplina a sus hijos y castiga a sus enemigos. Ante esta aseveración la primera pregunta que me haría es: ¿Soy hijo/a de Dios o soy enemigo/a de Dios?  ¿Cómo puedo saberlo? 
Eres hijo/a de Dios cuando te presentas ante Él y con sinceridad en tu corazón le confiesas que reconoces que eres pecador, que te arrepientes de tus pecados, que reconoces a Jesucristo como el hijo de Dios encarnado que murió crucificado para redimirnos de nuestros pecados, que resucitó de entre los muertos y que está vivo y reina para siempre. Que le pides que entre en tu corazón y transforme tu vida, en el nombre de Cristo. 
"Porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación" Romanos 10:10
Si has hecho esta declaración con sinceridad entras a la familia redimida de Dios y serás transformado poco a poco por la disciplina del Espíritu Santo en ti.

Si lo anterior (la confesión de fe) no es una realidad en tu vida y no crees en ello, estás viviendo bajo las normas del enemigo de Dios por lo tanto te haces automáticamente enemigo de Dios aunque pienses que no haces nada malo a nadie. 
»El que no está conmigo, a mí se opone, y el que no trabaja conmigo, en realidad, trabaja en mi contra." Mateo 12:30
Tu decisión pone sobre ti la disciplina o el castigo.

La próxima pregunta que yo me haría es: ¿Que me pide Dios que haga al entrar a su familia?
Dios pide una sola cosa: OBEDIENCIA, a su palabra, sus mandamientos, su ley, sus preceptos, pide obediencia a Él. En otras palabras Fidelidad total.

No te pide perfección, te pide el esfuerzo consciente de obedecer. Y si en camino a la obediencia te equivocas, te disciplina. Él esperará de ti que vayas ante Él a hablarle y decirle, "Papá me equivoqué, me desvié, me quise hacer la loca, creí que podía sola...etc., perdóname porque una vez mas me he dado cuenta que "sin ti nada puedo hacer".   Entonces como el Padre amoroso que es te perdonará y te dirá “vete y no peques más”. El conoce tu corazón, sabrá si eres sincero en tu arrepentimiento o si estás disimulando.

Hoy día la humanidad tiene el corazón muy endurecido al igual que el Faraón de Egipto al no dejar ir al pueblo de Dios. El mundo recibirá muchas plagas, al igual que Faraón.  Y algunos para que puedan abrir los ojos tendrán que enfrentar perdidas irreparables y muy dolorosas, al igual que le sucedió al Faraón.  Por último habrá alguno que por esas perdidas se pondrán mas rebeldes y perderán la vida terrenal, pero no su vida eterna, pero para ellos esa vida eterna será de llanto y lamento,  lo mismo que le sucedió al Faraón.

Entonces te dejo esta pregunta:  ¿Eres hijo de Dios o enemigo de Él?  ¿Recoges con Él o estas en su contra?

Si quieres ser su hijo/hija, ya sabes lo que tienes que hacer, tu confesión de fe y obedecer.
El que tenga oídos para oír, oiga.

A Dios sea toda la gloria y honra.

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