sábado, 24 de marzo de 2012

No bajes la guardia


12 Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. 13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.  1 Corintios 10:12

Hace unos días me comprometí a llevar una tortilla española a una actividad a la cual ya no era posible que yo asistiera. Sin embargo, sabía que debía cumplir con mi compromiso y entregar la tortilla. Tenía que estar en la casa a las 8:45am porque de allí partirían para el lugar donde se celebraría la actividad.

He hecho ya tantas tortillas españolas que conozco el tiempo que me tardo en hacerlas. En el proceso de pelar las papas, cortarlas en pedacitos muy pequeños, freírlas lentamente hasta que ablanden, sofreír los ingredientes que le darán el gusto, mezclar todos los ingredientes y luego ir friéndola lentamente mientras la voy volteando varias veces, toma un tiempo mínimo de una hora.

Aunque me levanté con el tiempo suficiente para hacerla sin prisas, pelé las papas y las lavé, pero continué haciendo otras cosas. Por primera vez confié en mi control sobre el tiempo. Cuando me di cuenta eran las 8:45am, tenía menos de una hora para hacerla y entregarla.

Me puse manos a la obra pero me di cuenta que estaba muy ansiosa, tanto que mi corazón palpitaba mas rápido de lo común (no acostumbro a alterarme por estas cosas). Recordé las palabras del Señor "por nada os afanéis".  De inmediato, me puse en contacto con mi Creador y le dije: "Señor, perdóname, no sé de donde me saqué que yo puedo controlar el tiempo. Ayúdame a cumplir con este compromiso. Yo sé que tu puedes controlar el tiempo y las situaciones". Luego de esto y mientras seguía en el procedimiento, comencé a cantar y a adorar a Dios. Esto me quitó la ansiedad y lo más grandioso es que, por razones "accidentales" de logística, tuve que dividir las papas para freírlas (la primera vez que me sucede) pero esto me llevó a agilizar el proceso y ¿saben qué?  La tordilla estuvo lista, puesta en su plato de presentación y cubierta a las 8:30am.

¿Cuál es la lección para mi? No tiene que ver con la tortilla, tiene que ver con quien es Dios y quién soy yo. Dice en Juan 15:5 y 7 
"Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer." 7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho."
Es tan fácil sentir que solos podemos hacer lo que queramos, no es cierto. Dios es quien tiene el control sobre todo y sobre todos. En todo tiempo tengo que cuidar de no alejarme de mi Padre, como si fuese ese hijo pequeñito que papá o mamá no lo deja solo en ningún lugar porque otros pueden hacerle daño. El maligno anda como león rugiente tratando de devorar a los hijos de Dios.  

Orad sin cesar, dice el Señor en 1 Tesalonicenses 5:17, esto es hablar con Dios constantemente, como ese amigo incondicional que te acompaña, que te escucha y no te juzga pero quiere que seas mejor cada día y te disciplina con amor. 

Entrégale todos tus momentos "ordinarios" para que Él los convierta en extraordinarios, para que tu espíritu se goce con las cosas "grandes y ocultas" que Él, en su amor y su gracia, te mostrará cada día.

El Señor te bendiga abundantemente. A Él sea la gloria y la honra.

Nereida

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