jueves, 31 de mayo de 2012

Cuando Dios nos hace un llamado a la excelencia

"Yo he oído las murmuraciones de los hijos de Israel;..."  Exodo 16:12
 Tuve un compañero de trabajo, de otro departamento, al cual le estaba escribiendo, lo que yo le llamo "un chiqui mangue", otros le dicen una "cogida de cuello".  Como lo apreciaba le escribí así: "Te estoy dando una cogida de cuello con estilo".  De vuelta el me contestó "yo le llamo a eso un llamado a la excelencia". A mi me encantó su forma de tomarlo y también su forma de describirlo.

Hace unos días estaba preparando el desayuno y comencé a quejarme (internamente) las tajadas del jamón que compramos eran muy dificiles de despegar de las otras y se hacian pedacitos, no salían completas. De pronto pensé que yo estaba disfrutando de un rico desayuno, con un jamón que sabía bien y era abundante. Sólo tenía que "molestarme" en tomarme unos segundos más y despegarlo con cuidado si lo quería entero.
¿De qué te quejas? ¿Preferirías no tenerlo? Sentí que el Espiritu Santo me estaba haciendo "un llamado a la excelencia".

Estoy tan acostumbrada a tener comodidad y lo que quiero, que hasta me quejo porque lo fácil de pronto se volvió un poco menos fácil. Cuando sucede esto puedo entender mejor por qué Dios nos envía pruebas. Es necesario que abra los ojos a la realidad de otros. Hay gente que no vive tan fácilmente. Que no tiene jamón ni partido ni entero, ni siquiera tienen un hogar donde comersélo. Hay tanto que agradecer y nada de qué quejarnos.

¿Cuántas quejas puedo eliminar hoy de mi vida? ¿Cuanto agradecimiento puedo añadir hoy a mi corazón, a otros?

Todas las cosas son ordenadas por Dios y cuando nos quejamos, realmente estamos quejándonos (murmurando) de lo que Dios ordenó, como si estuviéramos diciendo que Dios se equivocó en sus decisiones.

Cuando vayamos a quejarnos, detengámonos un momento y hagamos un pequeño inventario de nuestras bendiciones, por pocas que sean, siempre serán más que nuestras quejas.

El Señor, a quien sea toda la gloria y honra, te bendiga abundantemente.

Nereida

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