miércoles, 11 de enero de 2012

¿Dónde ha estado Dios? ¿Dónde he estado yo?


Recientemente he tenido varios conflictos internos que me llevaron a sentirme triste. Sentí que muchos eventos que involucran emociones hacia mis mas amados, corrían en mi mente de lado a lado y llegué a sentirme como esos malabaristas de circo que tratan de mantener los platos dando vueltas sobre una vara, pero los míos comenzaron a caerse uno por uno. Clamé al Señor por ayuda y fui donde mi consejera Teoterapeutica.  Luego de aclarar lo que estaba sucediendo y restaurar la paz en mi corazón, me puse a meditar sobre mi vida pasada (antes de Cristo) y mi vida actual. Y fui viendo evento tras evento cómo el Señor estuvo allí y yo no me di cuenta. Yo solo sabía que de alguna manera había salido airosa “misteriosamente”.  Cómo, a  pesar de mi misma y mi rebeldía, pudieron pasarme cosas graves pero de alguna manera fui protegida. No quiero decir con esto que no pasé vicisitudes pero aquellas que pudieron ser muy graves, de alguna manera se desvanecieron.

Entonces el Señor, mientras recordaba esos eventos me llevó a pensar en la palabra que  había leído durante mi meditación de la mañana:
Génesis 28: 15-17
"He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho. Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo." (enfasis añadido)
El Señor había estado conmigo desde siempre. Me estaba mostrando que siempre me guardó y me trajo “a esta tierra” (a su redil), que no me dejará hasta que se cumpla su propósito en mí y que yo soy lugar sagrado porque en mi vive el Espíritu Santo:

1ra de Corintios 6: 19-20 "¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios."

Esta palabra no es solo para mí sino para todo aquel que la reclame.  ¿Sientes que eres lugar sagrado donde habita el Señor? Si no te sienes así, no tengas miedo en acercarte a Él, porque el Señor dijo en el libro de Lucas, capitulo 5 y versiculos 31 al 32 que:

“…los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.  No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.”  

Todos somos pecadores, Él solo quiere que: vengas ante Él y lo admitas, “Señor he pecado contra el cielo y contra ti”, le pidas perdón “perdóname Señor” y lo aceptes como tu único y suficiente Salvador, “reconozco que Jesucristo murió por causa de mis pecados y que resucitó de entre los muertos por tanto sé que está vivo y quiero que viva en mi corazón desde hoy y para siempre. En Su nombre te lo pido, Amén”.
 
Dice Jesús: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.” Apocalipsis 3:20-21

Si tu has sentido que Jesús está llamando a la puerta de tu corazón, te invito a que allí donde estés hables con el Señor y te reconcilies con Él, tienes mucho que ganar, ....eternamente.  A Dios sea la gloria.

Dios te bendiga abundantemente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario