miércoles, 14 de diciembre de 2011

Navidad

"...diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle". Mateo 2:2

Hace unos cuantos años, en esta época de navidad, me di cuenta que últimamente me ponía triste en la navidad. Me sentía sola y veía a la gente correr de aquí para allá, comprando, compartiendo en familias grandes, música por doquier, trajes preciosos, peinados, etc. Mi hijo, adolescente, vivía conmigo pero, como todo adolescente normal, compartía con los de su edad.
Entonces me detuve a meditar y me pregunté ¿cuál es el propósito de la navidad? Wao, tener que preguntarme eso. Y me dije: Que nació el Salvador, el que dio su vida para que yo tuviera vida eterna. !Rayos! ¿Acaso no es esto motivo suficiente para estar alegre? Entonces me dije: "tengo que buscar un proyecto en el que concentre mis energías para recordar este evento". Ese año comencé a crear una estampa del nacimiento de Jesús bajo las escaleras de mi casa. Y mientras ponía cada figurita, reflexionaba en el papel que cada uno tenía, y tenemos, dentro de este gran y único evento universal.

El nacimiento ha crecido y también mi fe, pero no por el objeto físico sino porque también a través de los años el Salvador vino en mi rescate y hoy siento muy dentro de mi ese significado, sin igual, del nacimiento de mi Salvador dentro de mi, aquel que no me olvidó y que aun sin merecerlo, vino por mi a rescatarme del abismo eterno.

Te invito a reflexionar sobre qué te mueve en la navidad. Si crees que Jesús vino por ti y te ama tanto que dio su vida para que tu no pierdas la tuya. Cristo es la mejor navidad y la única. Búscalo y lo encontrarás, sonriente, al pie de la cruz, esperándote.

La gloria sea siempre para Él.

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